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La Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui, pertenece a la Región de Valparaíso de Chile. Se encuentra ubicada en un remoto punto en medio del Océano Pacífico en la Polinesia. Es uno de los destinos más turísticos y a la vez enigmáticos del país. Esto es debido a su abundante naturaleza e increíbles paisajes. A la huella que dejó la cultura ancestral de la etnia Rapanui. Así como a las estatuas antropomorfas, más conocidas como Moáis, que se encuentran repartidas a lo largo y ancho de la isla. Si alguna vez has pensado en visitar este lugar con amigos y quieres conocer más sobre los secretos que esconde sigue leyendo… ¡no te arrepentirás!

Los habitantes de la Isla de Pascua

La Isla de Pascua siempre ha estado rodeada de un halo de misterio debido a su remota ubicación cerca de los confines del mundo. Se ha especulado mucho a cerca de los orígenes de la civilización Rapanui. Esta etnia habitó en la isla durante mucho tiempo y dejó unas enigmáticas huellas culturales. Muchas de ellas siguen siendo, a día de hoy, un misterio.

Aunque se desconoce a ciencia cierta cuál es el origen de la etnia Rapanui. La teoría más aceptada y avalada por la comunidad es la del rey Hotu Matu’a. Cuenta que él y su tripulación llegaron a la Isla entre los siglos VI y VIII y desembarcaron en la Playa de Anakena, llevando consigo todo lo necesario con tal de formar una nueva civilización. Y así lo hicieron.

La organización de una nueva civilización

Se cuenta que el Rey Hotu Matu’a planificó cuidadosamente toda la organización social y religiosa que regiría esta nueva civilización. Dictó paso por paso las normas de construcción de las viviendas y de los diferentes monumentos. Y con el tiempo incrementaron la población en la isla, tanto de humanos como de los animales que trajeron con ellos. Con el paso de los años consolidaron esta cultura y vieron aumentar su civilización hasta que entre los siglos XV y XVIII empezaron a sufrir una crisis de sobrepoblación. Esta originó escasez de los recursos y alimentos básicos y acabó provocando graves conflictos entre las 12 tribus que en aquel momento la habitaban.

El primer explorador en llegar fue el holandés Jacob Roggeveen un domingo 5 de abril de 1722, el día de Pascua. Y como esa isla no aparecía en sus mapas de navegación, la bautizó como la Isla de Pascua. No obstante, a causa del mal tiempo solo permaneció un día antes de partir con nuevo rumbo. Cinco décadas más tarde llegaron más barcos europeos, esta vez tuvieron contacto con los isleños y firmaron un contrato que formalizó el dominio español sin ninguna resistencia. Seis días después abandonaron la isla, y después de su marcha nadie más volvió para hacer efectivo el dominio.

Los futuros visitantes se encontraron con una isla desolada. Con el tiempo, la mayoría de los Moáis fueron derribados por los propios habitantes de la isla. En este sentido existen dos teorías, la primera es que la falta de alimentos ocasionó guerras entre las diferentes tribus y los monumentos se acabaron dañando, la segunda es que perdieron la fe en sus dioses por las penurias que estaban viviendo, pues sus oraciones no estaban siendo escuchadas y se cansaron de ellos.

El fin de una era

El hecho de no estar protegidos por ningún país y la remota ubicación de su isla convirtió a la civilización Rapanui en un blanco muy fácil por los esclavistas. Durante el año 1862 los traficantes de Perú raptaron a más de un millar de Rapanui para convertirlos en esclavos. Entre ellos se llevaron al Rey y a casi todos los sabios que sabían leer y escribir, por lo que la isla quedó prácticamente desierta. Años más tarde, y después de protestas internacionales por lo que les habían hecho a esta civilización, pudieron volver a casa. Pero casi todos los Rapanui murieron en Perú o en el viaje de regreso. Los 15 que consiguieron llegar se habían contagiado del virus de la viruela, por lo que esto acabó diezmando aún más la civilización.

El año 1877, y después de sufrir tanto, solo quedaban 111 nativos, cifra ridícula en comparación con los 14.000 que un día llegaron a ser. La Isla de Pascua no tardó en anexionarse a Chile. En 1903 fueron despojados de sus tierras para alquilarlas a terceros y la Marina Chilena acabó prohibiendo el uso de la lengua Rapa Nui. No obstante, y después de mucha lucha, el sentimiento de identidad original de la Isla consiguió preservarse. El año 1935 consiguieron crear el Parque Nacional de Rapa Nui, ocupando el 40% de la Isla. Posteriormente fue avalado por la UNESCO.

Los monumentos de la Isla de Pascua

Uno de los grandes misterios de la Isla de Pascua son los Moáis. Estas estatuas de piedra se encuentran repartidas por toda la isla. En total son más de 1.000, miden aproximadamente 10 metros de altura y pesan alrededor de 80 toneladas. Asimismo, se cree que el período de los Moáis se extendió entre los siglos XIII y XVIII. Muchos expertos han propuesto teorías para intentar desvelar el porqué de su existencia. No obstante, aún no se han podido contrastar, por lo que podemos decir que sigue su verdadera naturaleza. De esta manera, sigue siendo un enigma a día de hoy indescifrable.

El enigma de los Moáis… ¿resuelto?

Cuando se descubrieron los Moáis y empezaron las excavaciones, se comprobó que debajo de estas inmensas cabezas de piedra estaban los cuerpos del mismo material, mucho más pequeños. Este hecho que incrementó el desconcierto ante tales monumentos. Algunos expertos creen que están relacionados con el culto a sus antepasados. Los Rapa Nui creían que la energía de los difuntos seguía existiendo. Se dice que podía influir en la vida terrenal después de la muerte, hecho que propició la elaboración de los Moáis. Otros aseguran que fueron creados a instancias de la élite dominante de la Isla. Los isleños estaban convencidos que incrementaban la fertilidad agrícola. Además, serian de gran ayuda para incrementar los suministros de alimentos.

Sin embargo, también hay otros argumentos alejados de la espiritualidad y las creencias religiosas cada vez más aceptados. Algunos expertos apuntan a conclusiones mucho más objetivas y racionales. Según los últimos estudios realizados, la ubicación de estas gigantescas rocas sigue un patrón. Y aunque se desconoce a ciencia cierta del porqué, muchos se decantan por una teoría. Están colocados de manera estratégica en puntos donde se encuentra agua potable, indicando la existencia de manantiales de agua dulce. Por lo que su naturaleza no sería ni de carácter defensivo, ni decorativo, ni tampoco parte de ningún ritual. Más bien a un indicativo para facilitar la vida de aquellos que habitaron este remoto paraíso.