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Tahití, Bora Bora… ¿Te suenan? Pues estas y varias islas más forman parte de la llamada Polinesia francesa, un conjunto de islas en la ultramar francesa situadas en el océano Pacífico. Te contamos información sobre ella y sus costumbres y tradiciones más curiosas.

Organización territorial, clima e idioma

En total, la Polinesia francesa está formada por 118 islas y atolones. De esta cifra, solamente 67 están actualmente habitados. Todas estas islas suman un total de 4.167 km2 (de los que 3.265 corresponden a las islas habitadas). Están esparcidas por los 2.500.000 km2 del océano. La isla de Tahití es la más famosa y grande de las islas, a parte de Bora Bora, y su capital es Papeete. El idioma oficial es el francés, aunque también se habla tahitiano por parte de la población nativa de las islas. En las áreas turísticas, como suele ser obvio, también se habla el inglés. En cuanto a su organización territorial, se compone de cinco subdivisiones administrativas: las islas Marquesas, Tuamotu-Gambier, islas de la Sociedad y las islas Australes. También posee cinco archipiélagos que corresponden a las subdivisiones mencionadas más el archipiélago de las islas Gambier.

De origen volcánico en su mayoría, el clima de la Polinesia Francesa es soleado y agradable y solo tiene dos estaciones a lo largo del año: entre noviembre y mayo el clima es húmedo y caluroso y de junio a octubre suele ser más seco y fresco.

Costumbres y tradiciones

La Polinesia francesa también dispone de sus costumbres y tradiciones propias. Los antepasados de los tahitianos, por ejemplo, se llamaban ma’ohi. De ellos han heredado el hábito de reunirse en grupo, bailar, orar y cantar. El tamure es como se le conoce a la danza tradicional. La música contemporánea con la que bailan y cantan es la kaina porinetia. Sus vestimentas suelen ser de colores llamativos y llevan accesorios típicos como flores entrelazadas. Su estilo puede recordar a la película de Disney Moana (o Vaiana en castellano. Además, poseen una cultura de artesanía local única en la que destaca el pandanus. Es un tejido con el que se fabrican manteles, bolsos y otros accesorios. El pandanus proviene de las hojas de unos árboles grandes y delgados que crecen a la orilla del mar. Y no puede faltar el monoe, una fragancia a base de mezcla de aceite de coco y flores que es tradicional de la isla.

En la cultura polinesia es costumbre darse un saludo con un beso en la mejilla y no hay estándares de vestimenta. Algunos platos, curiosamente se comen con la mano. Antes de entrar en algún hogar polinesio, es una regla social quitarse los zapatos en la entrada. Y algo que es muy significativo es que a diferencia de otros lugares del mundo, mujeres y hombres son tratados en igualdad de condiciones: no se acentúa la diferencia de sexos. La familia en la sociedad polinesia es un pilar fundamental: no solo están formadas por padres e hijos, sino por tías, sobrinos, abuelos, primos, etc.

Los tatuajes también han formado una parte fundamental en la sociedad polinesia. Cada tatuaje representa una cosa: su carácter sagrado, su función en el Más Allá o un tatuaje de cada archipiélago. Las personas encargadas de tatuar son los sacerdotes tatuadores. A menudo se heredaban de padres a hijos.

Economía de la Polinesia francesa

La moneda que se usa es el Franco CFP, que en un euro equivale a 110 Francos CFP. Su economía se sostiene de las importaciones de recursos, el turismo y la financiación proveniente de Francia. Así mismo, sus productos agrícolas principales son la vainilla, el coco, verduras y hortalizas. Sus recursos naturales son la madera, el pescado y el cobalto. Aunque sus exportaciones han subido en los últimos años, su principal fuente de ingresos es el turismo.

Cómo llegar a la Polinesia Francesa sin gastarse un dineral

Suele decirse que es un destino caro, pero como todo tiene sus trucos. Lo ideal es viajar entre abril y octubre, cuando el clima es más seco. Así se evitarán las lluvias. Para disponer del mayor ahorro posible, es ideal comprar los billetes del vuelo con antelación. Tener flexibilidad horaria al comprarlos podrá permitirte encontrarlos más baratos. En cuanto al alojamiento, una alternativa más económica es mirar el alojamiento que ofrecen los hoteles hogareños. Reservar sin intermediarios y directamente a los hoteles u organizaciones de excursiones te generará ahorro. Así mismo, vale la pena alquilar un coche y rodear las islas.

Aunque tiene cierta dependencia, la Polinesia francesa no deja de ser parte de Francia y en la mayoría de los asuntos depende del país. Eso sí, visitar sus islas es un auténtico gozo y no deja de ser un paraíso del Pacífico.