Corea del Norte es un país que despierta intriga y debate en la comunidad internacional por su gobierno, cultura y costumbres. Conocido tanto por su hermetismo como por su sistema político singular, es una nación que ha desarrollado una identidad propia marcada por la autosuficiencia, el nacionalismo y la resistencia a influencias externas. Pero, ¿qué hay detrás de sus costumbres, su historia y su vida cotidiana?
Un pasado que define el presente: La guerra de Corea y su impacto en la cultura y costumbres de la sociedad
Pocos conflictos han sido tan determinantes en la configuración de un país como la guerra de Corea (1950-1953). Este enfrentamiento, resultado de una disputa ideológica entre el Norte y el Sur, se convirtió en un campo de batalla de la Guerra Fría, con EE. UU. interviniendo de manera directa. Durante el conflicto, Corea del Norte sufrió una devastación sin precedentes, con más bombas lanzadas sobre su territorio que en todo el teatro del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las consecuencias catastróficas, el país se reconstruyó con una fuerte identidad basada en la resistencia y la autosuficiencia, lo que se refleja en su cultura y costumbres.
¿Sabías qué? El armisticio de 1953
Desde el armisticio de 1953, Corea del Norte y EE. UU. nunca han firmado un tratado de paz, lo que mantiene a la nación en un estado de guerra técnica. Este hecho ha influido en su desarrollo militar y en su enfoque hacia la seguridad nacional. Corea del Norte sabe que, mientras tengan armas nucleares a su disposición, no podrá ser agredido por ninguna potencia extranjera. Ya que los EE.UU, al no haber firmado la paz, no necesita justificar una acción miliar en Corea a ninguna comisión internacional.
Entre el aislamiento y la supervivencia: una cultura y costumbres impuestas por condiciones externas
La cultura norcoreana es profundamente reservada, moldeada por décadas de aislamiento impuesto tras la guerra y la necesidad de supervivencia en un entorno hostil. Durante el conflicto, muchas comunidades vivieron en refugios subterráneos para evitar los intensos bombardeos, lo que influyó en su forma de vida y en su percepción del mundo exterior. A diferencia de las sociedades occidentales o latinas, donde la interacción social es más abierta, en Corea del Norte la cohesión y la disciplina son valores fundamentales para mantener la estabilidad nacional.
Y la educación en Corea del Norte, ¿formación o control?
La educación en Corea del Norte está diseñada para reforzar el sentido de identidad y orgullo nacional. A diferencia de las sociedades occidentales, donde la cultura de consumo domina la vida cotidiana, en este país se prioriza la formación de ciudadanos con una fuerte conciencia política y nacionalista.
Bajo el yugo de la ideología JUCHE
El eje central del pensamiento norcoreano es la ideología Juche, desarrollada por Kim Il-sung, que somete directamente a su cultura y costumbres. Basada en la autosuficiencia política, económica y militar, busca garantizar que Corea del Norte no dependa de ninguna potencia extranjera. Su aplicación no solo se limita al ámbito gubernamental, sino que impregna todos los aspectos de la vida cotidiana, desde la educación hasta el trabajo y la producción industrial. A lo largo de las décadas, Corea del Norte ha construido un modelo económico basado en la producción interna y la redistribución controlada por el Estado. A pesar de las sanciones internacionales y las dificultades económicas, este enfoque ha permitido el mantenimiento de una estructura gubernamental fuerte y una población que, en gran medida, se ha adaptado a este modelo.
En Corea del Norte, la coherencia y consecuencia con sus propios valores son el eje vertebral de la vida en sociedad, a diferencia de la cultura occidental, donde los valores son endebles. Por ello, la ideología Juche adquiere una vital relevancia en la vida cotidiana. En el ámbito social, se refleja en la educación y la formación de ciudadanos con un fuerte sentido de lealtad y compromiso con el Estado. Desde temprana edad, los norcoreanos son instruidos en los principios de la autosuficiencia y la defensa de la soberanía nacional, consolidando así un sentido de identidad colectiva alineado con los valores promovidos por el gobierno. La socialización está influenciada por estas directrices, promoviendo la colaboración en lugar de la competencia y reforzando la idea de que el bienestar común es prioritario sobre el individual.
Poder Militar: ¿defensa o amenaza?
La presencia militar en Corea del Norte es una de las más altas del mundo. Sin embargo, esta no responde a un deseo expansionista, sino a la necesidad de defenderse en un contexto de amenazas constantes. Con ejercicios militares de EE. UU. y Corea del Sur en la región, el país ha reforzado su aparato defensivo para asegurar su propia supervivencia. El único deseo expansionista que puede terne Corea del Norte es la reunificación peninsular bajo el gobierno de “El Partido del Trabajo de Corea”; pero supuestamente abogan por un proceso de reunificación pacífico basado en la autodeterminación, sin injerencias extranjeras que impongan su agenda política.
Un sistema político único en el mundo que configura la cultura y las costumbres de la sociedad.
Corea del Norte cuenta con un sistema político basado en un modelo socialista bajo la dirección del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC), que es el único partido con poder real en el país. Aunque existen otros partidos como el Partido Socialdemócrata de Corea y el Partido Chondoista Chongu, todos están integrados dentro del Frente Democrático para la Reunificación de Corea, lo que hace que el sistema funcione, en la práctica, como un estado de partido único.
Las elecciones en Corea del Norte se celebran cada cinco años para elegir a los miembros de la Asamblea Popular Suprema, el órgano legislativo del país. En estos comicios, cada circunscripción presenta un único candidato aprobado por el Frente Democrático, por lo que el voto no se basa en una competencia entre diferentes partidos, sino en la ratificación de los candidatos propuestos. En teoría, los ciudadanos pueden votar en contra del candidato, pero esto es una práctica poco común. La toma de decisiones en Corea del Norte sigue un modelo jerárquico donde las directrices del liderazgo se transmiten desde los niveles más altos del gobierno hasta las comunidades locales. La Asamblea Popular Suprema, aunque es el órgano legislativo, no tiene un papel de debate político como en otras democracias, sino que se encarga de ratificar las decisiones previamente establecidas por el liderazgo del partido.
El liderazgo del país está concentrado en el máximo dirigente, quien es tanto líder del partido como jefe de Estado y comandante supremo de las fuerzas armadas. Esta estructura de gobierno se ha mantenido estable a lo largo de las décadas, lo que ha permitido un alto grado de control interno y continuidad en las políticas estatales. Si bien el sistema político de Corea del Norte difiere ampliamente de los modelos occidentales, su estructura ha sido diseñada para garantizar cohesión interna y gobernabilidad dentro de un entorno marcado por sanciones, aislamiento internacional y una fuerte política de seguridad nacional. Este modelo ha permitido al país mantener su relativa estabilidad, aunque sigue siendo objeto de debate a nivel internacional sobre su hermética cultura y costumbres.